Regreso al país del bicho

Ya estoy de regreso y no creo lo que veo... Del avión quasi vacío a un aeropuerto y una ciudad sumamente vacía... shocking por decir lo menos. Nunca en mi vida había visto a México con esta cara, con esta facha. Sobra decir que aquí también hace la diferencia si lo ves como un joven, como mujer, como niño o como anciana. La realidad absoluta parece ser inmutable e indiferente a la experiencia, buena o mala, del individuo y su bagaje cultural.

Mi último día en Bangkok no tuvo mucha gracia. Decidí que quería seguir mi paseo cero cultural y totalmente banal. Recorrí las calles de la ciudad como turista ubicado. Es maravilloso sentirte querido, adaptado y comprendido (comprendiendo lo que pasa a tu alrededor?) en un lugar que naturalmente no es el tuyo. Estar tan cerca y tan lejos a la vez...

Después de cargar hasta con el perico (literalmente)... y cumplir mi manda (hacer méritos para mi dharma?) de cargar tremenda cabeza de buda de madera... me metí al cine.

Ustedes comprenderán que siendo un aficionado al séptimo arte y a la comida, parte de mi experiencia intercultural al país al que vaya es entrar al cine y comer en McDonalds (como parte de mi aumento de conciencia al respecto ahora casi es Kentucky en vez, pero valga para explicar el punto). Bueno, pues como era medio día pues no podía buscar lo que yo quería sino que era lo que se adaptaba a la hora... terminé en el cine VIP de una película tailandesa sobre una historia china (?).

Por qué siempre me sorprende que en estos países se puede vivir como rey (o príncipe en mi caso) con escasa inversión? Bueno, mi sorpresa fue que el boleto de entrada incluía un masaje de media hora previo el film, un coctel de cortesía y unas galletitas. Ahí va Aram con su perico, cabeza de buda, laptop y casi hasta el sartén a su masaje, al bar del cine por su coctél, al baño amplio, limpio y perfumado y hasta su sillón particular reclinable con mantita y almohadita (como no había nadie en el de alado me tocó doble, jiji).

La película MA-RA-VI-LLO-SA... si tienen oportunidad de conseguirla (por que no creo que salga en cartelera mexicana), haganme dos favores: a) VEANLA! y b) no sean malos e invítenme o consíganme una copia. Se llama Frozen Flower y no sé el director. Bueno, básicamente es como el film perfecto para romper con TODOS los prejuicios y tabús que se puedan ustedes imaginar en un marco de monarquía occidental. Oséase, nos muestran una cara de las dinastías orientales que en occidente ni locos! En fin, harto recomendable...

Luego ya salí. Todo muy bien. Aún en shock por ver una ciudad en forma que no la había visto antes. La entrada a mi casa fue caótica, por decir lo mismo... menos mal que no estuve para el temblor porque claramente aquí se sintió y quedó la secuela para mostralo!

Ah! Y se me olvidó contarles mi historia real (osea de realeza, no de verdad). Pues resulta que su servilleta está sentadito en su sillón VIP previa acomodada del perico, cabeza de buda, media copa de martini, laptop, mantita, almohadita, sartén... y lo logra. Se está quasi durmiendo durante los cortos estando tan cómodo (y relajado por el masaje!)... y de pronto! Zaz! Himno tailandés a todo lo que da con sonido surround envolvente dolby y esplendiendo por la pantalla (extra grande imax) el rey de tailandia acompañando a los soldados, dando de comer a los enfermos, estando con el populo, smiling and waving (literal! tal vez aquí lo aprendieron los suizos?) y en fin... siendo lo que el rey de un país supongo implica (quedó claro que aún soy príncipe no? No he llegado a la clase de protocolo aún pero estoy seguro que Elvirita me acompañará a Bukin-jam y a Sode-bis -te sirven dos sodas por una jeje)... y por qué no? (por si mexico o estados unidos les parecía nacionalista?) pues todos se ponen de pie para solemnemente saludar al rey!! Sho, desconcertado, perdido por la falta de protocolo real, cuestionando el cuándo de su ascención al trono, tropezando con sartén, perico, cabeza de buda, laptop, mochila... logra arreglarselas para ponerse de pie y claro, unirse al honor de saludar a su heredero...

Ahí mi historia real, que me pareció sublime en su totalidad :)

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