Va funcionando...

El tercer método para la tercera cura necesitada (la de aguantarse el dolor, no como macho sino mucho y no a la brava sino concienzudamente de que es un reflejo de lo que mi mente inconsciente me quiere decir) ha funcionado de maravillas. Claro que ahora sí me ha costado sueño, sudor y lágrimas (aquí no hay pudor). Me ha costado estar al tanto de mi realidad en la medida de mi posibilidad y no evitarme ni evadirme. Continuar conmigo mismo hasta el fin de los tiempos, hasta donde aguante la razón. Después, sentarse y escribir, escribir y escribir. Hoy amanezco con un dolor muy sutil. Claro está que no me doy por curado, que me falta seguirle trabajando, pero me ha esbozado una sonrisa en el rostro saber que no hay mal que dure mil años. Después está el hecho de que he terminado de renunciar a todos (TODOS) mis proyectos actuales y roto todos los compromisos que me ataban a una serie de acciones que no me satisfacían y no me producían felicidad. El proceso ha sido duro y cansado, sobre todo doloroso en cuanto al desapego se refiere. Pero una vez superado, me veo en el sueño de anoche sentado en el frente de una pequeña barca, navegando por un lago pequeño, muy azul y con un clima excelso. Pocos metros adelante están mis familiares y amigos, todos mis conocidos, la sociedad. Me apresuro a ellos velozmente surcando las tranquilas aguas mientras abro los brazos al cielo y grito, a todo pulmón, "I'm the King of the Wooooorld!". Me río porque me causa gracia que acabo de citar la frase famosa de DiCaprio sobre el Titanic casi diez años atrás. Entonces, en un segundo intento y con el calor del sol quemando mi rostro grito "I'm freeeeeee!" seguido de un audaz y lánguido grito de fuerza que me llena de esperanza y felicidad. Inmediatamente brinco al muelle en el que caigo cómodamente y me distraigo observando el paisaje.

Despierto, inmediatamente, con una tranquilidad absoluta, una sonrisa amplia y ningún dolor. Me levanto lenta y pausadamente. Tengo ganas de bañarme de manera automática, cosa que no sucedía hace mucho. No me fuerzo para entrar al agua.

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