Otro año

El fin de semana fui a ver el desfile conmemorativo de Morelos a Morelia, Michoacán de Ocampo. El despliegue de fuerzas militares, aviones y helicópteros, escuelas e instituciones educativas, así como charrerías y asociaciones de “cuerudos” fue excelsa. Estoy de regreso en el DF si apenas por algunos días. La vida sigue, llena la agenda como siempre, de actividades, personas por ver y mucha negociación por hacer. Desde hace un par de meses que pienso que debería de abrir una agencia de relaciones públicas; hay algo que me interesa en el asunto y siempre he sabido que me viene natural el conocer gente y hacerla encajar con otros, conocer a más individuos, etc. El tráfico de influencias, después de todo, es el fuerte de este país en el que si no conoces a nadie estás fuera.

Me enojé un poco conmigo mismo el día de hoy porque tengo aún tanto que compartir y resulta que no me doy el tiempo de escribir tanto como me gustaría ni de compartir todo lo que vivo día con día. También hay hartos textos académicos que escribo cotidianamente con relación a la política mundial que no comunico por esta vía y que creo que vale la pena hacerlo (ya me dirán si no). El punto, al final, es que los días se me van como agua entre los dedos y yo sigo con la misma cantidad de actividades. Apenas noté que mi pequeñín OhlaMex ya cumplió un año y yo, tan inconsciente como suelo ser, ni siquiera celebré su cumpleaños. Como vale más tarde que nunca, pues le dedico un en hora buena a mi creación que lleva tantos días transcurridos, tantos sentimientos y tantas ideas ha visto fluir.

Hasta mañana, que ya será otro día…

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