O JUMENTO

Oxigeno es lo que nos mantiene vivos; lo respiramos, lo llenamos de gritos sin alzar la voz, lo contaminamos y lo vivimos. El próximo primero de febrero se hará un experimento a nivel mundial que pretende apagar las luces y no usar energía eléctrica si tan solo por un minuto. La idea es atraer a usuarios desde Europa y Asia hasta Norteamérica. Yo conozco a varios que se unirán al experimento, como lo haré yo también.


¿Estamos aún a tiempo de salvar nuestro planeta?
Hay quienes se despreocupan pues dicen que en realidad nos queda bastante tiempo con agua y harto mundo. Hay otros que se toman muy a pecho el que nos encontremos al cinco para las doce e incluso vislumbran las campanadas. Yo pienso al respecto continuamente pues me encuentro en un dilema; primeramente me cuestionaba si se podía hacer, ¿por qué no se hace? ¿Por qué valen más los intereses personales de algunos que el beneficio de la mayoría?

Para ser sinceros hoy ya no estoy muy convencido de que se pueda. Y mis pensamientos se basan en la idea de que nos hemos embobado con un sistema capitalista, consumista, neoliberal; un american dream vaya. Luego pues, sabemos que actualmente Estados Unidos produce 5,729 millones de toneladas de dióxido de carbono y que es el primer productos de basura en el mundo. Conocemos que la disparidad en el salario real de un trabajador en el Norte y uno en el Sur va por ahí de 85 dólares diarios y que el 5% del mundo produce el 20% de los contaminantes del oxígeno. No, no intento de ninguna manera quejarme amargamente de las potencias de nuestro globo. Por el contrario, ¿no seremos acaso nosotros los que estemos mal?

Es imposible que el mundo entero anhele al sueño americano, es improbable que lo veamos realizado; ¡y gracias a dios! Les prometo que no es necedad o deseos antiprogresistas...

Imaginemos un mundo en el que todos fuéramos igualmente consumistas y desgastáramos nuestras materias primas en la forma en la que hace la minoría de los humanos, los que tienen el poder adquisitivo para hacerlo. ¿Ustedes creen que quedaría algo de nuestro pobre globo terráqueo si así fuera? Entonces yo me pregunto y os pregunto: ¿no será que debemos quizás cambiar nuestra idea de una vida exitosa y nuestros sueños utópicos?

Mientras tanto yo me mantengo en mi pequeño pedazo del mundo, en mi pequeña delegación del Distrito Federal en donde transitan diariamente 5 millones de personas aunque apenas seamos 500mil los que aquí habitamos. Que produce el 4.6% del Producto Interno Bruto de nuestro país. Aquí en donde 14 millones de metros cuadrados nos ofrecen espacio (¿o nos lo limitan?) para transitar y ver funcionar diariamente a 264 guarderías y preescolares -públicas y privadas- pero apenas 18 instituciones de educación medio superior, denotando las terribles cifras de deserción escolar que sufre tan solo un pedazo de nuestro país.

¡Ánimos! Porque después de todo nos vemos imposibilitados por nosotros mismos, por nuestro congéneres y por la opinión de la mayoría que desafortunadamente se mantiene menos informada que la minoría. O jumento, ¿podemos cambiarnos a nosotros mismos?

1 comments:

Ceci said...

Gracias Galeano por hacernos reflexionar y dejar de anhelar this american dream. Do you remember?