Y a du soleil dans la boutique

Y nada, los días transcurren sin gran aportación a la vida, aunque mucha al descanso y al pensamiento. Escucho un poco de jazz francés, camino por la Condesa y algunas de sus calles que conservan una magia no capitalista. Comí con Majo. Bueno, debería decir que quedé con ella para un café, después me entró un pique de entusiasmo y nos lanzamos hasta el meritito SAT del poniente y horas después nos encontrábamos de regreso en la Colonia sin haber obtenido más que un acuse 'de recibido' de los papeles que por allá dejamos. Una cerveza y algunas llamadas más tarde y nos decidimos por pizza. Después de algunas discusiones y las acostumbradas preguntas que, como siempre, me dejan pensando; lo cual por supuesto aprecio. ¡Son pocos los que me hacen pensar estos días! Yo no me doy mucho a la tarea por mí mismo, pero eso es porque me excuso diciendo que estoy descansando después de un año de arduo trabajo. No sé, pero entre tanto tengo a Baudolino de Umberto Eco y a La conjura del meridiano de José Luis Velasco para entretenerme un rato, quizá recupere algo de interés en la literatura.

En otras cosas, estoy entusiasmado por comenzar otro año escalando el Paricutin. Y a Majo un buen viaje! Mon coeur reste près de toi :]

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